martes, 3 de enero de 2012

Amarillo

Es  un día más viajando en el metro, la lentitud que parece tener el día a las 11:00 a.m. me hace entrar en un letargo del que sólo me saca un repentino empujón de quien abandona mi vagón o un “ permiso por favor”. Miro por la ventana del tren, el rio que esta a uno metros de las vías separado por diques de concreto corre furioso. A la otra orilla todo es verde, solo existen arboles.

De repente mis ojos se abren, se llenan de luz, de sol…de fiebre resplandeciente. Un árbol cubierto de flores de intenso color amarillo cubre todo a su alrededor. Ahora hay una mancha amarilla en el verde. Ahora encuentro una sonrisa en mi rostro.

Maravillado miro a las personas que viajan conmigo, unos dormitan…otros hablan por sus celulares, algunos son presa de sus preocupaciones o simplemente  tienen el alma dormida. Entonces en medio de caras indiferentes veo la sonrisa de un niño, que nunca más veré en mi vida, mirando fijamente al árbol.  Sé que tenemos algo en común. Aun la vida nos cautiva con sus milagros cotidianos.

1 comentario:

  1. Me encantó. Sorprenderte es algo que muy pocos hacen en este tiempo. Sigue sorprendiendote de esos milagros que pocos notan, porque hacen que tu vida tenga al menos una sonrisa en medio de tanta cara larga.
    LAU

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